Pequeña Reflexión sobre Simón Bolívar y la vida cotidiana.

 

Probablemente a Bolívar le pasó como a muchos, desde siempre había amado lo suyo, pero cada vez que expandía sus límites geográficos e intelectuales, vislumbraba la magnitud de sus riquezas y encontraba su verdadera fuerza interior, su espíritu de líder conquistador.

Fue ese mismo espíritu el que lo llevó a librar tantas batallas y a ser nombrado en Norte América como el Jorge Washington de Sur América, comparado con Carlo Magno, Aníbal, y Napoleón. Fue este mismo espíritu el que lo impulsó a expandir su campaña hasta Perú desplazando a San Martin, el libertador de Argentina.

Pues bien, a muchos también les sucede que cuando la carga de la vida se ha hecho en extremo pesada o el ego se ha inflado en demasía, que bien por fortuna o infortuna encuentran su Sucre (en quien confiar el legado) o su Santander (después de todo el detractor).

Ahora bien, en este punto de la historia, si por miedo a perder no nos arriesgásemos al mejor estilo de Bolívar, más valdría morir jóvenes que con la tristeza de no haberlo intentado, y si al final de nuestra historia el final no nos gustase, prever esta posibilidad nos obliga a disfrutar el proceso, el aquí y el ahora.

Finalmente y para dicha nuestra, hoy día nos inspira que no todo se ha perdido y que muchos bienes ya sean materiales o inmateriales están aún por conquistar.

Referencia.

Arana, M. (2014). Bolívar: Libertador de América. Recuperado de: Spotify.

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